Sujetas siempre al mismo juego, las películas protagonizadas por Marlon Brando no tardan más de quince minutos en despeñarse por esos acantilados del desapego, la frialdad y las miradas al infinito. Y al igual que la constancia hace a la costumbre, el joven Kowalski hace a Paul, y este a Don Vito, y Don Vito, como no, al Comandante Kurtz. Xavier, el protagonista de "Piel de serpiente" (1959) es uno de esos antecedentes que recuerdan lo que nunca olvidamos.
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